Fecha de publicación: 16 de enero de 2023
Olli-Pekka Heinonen, director general del Bachillerato Internacional
La pandemia ha hecho que el bienestar cobre un mayor protagonismo en el panorama educativo, sobre todo entre los alumnos/as que han tenido que adaptarse a los métodos de aprendizaje a distancia, con el consiguiente detrimento de la interacción cara a cara con sus compañeros/as y profesores/as. Así se desprende de la encuesta sobre salud mental realizada por el Partido de Acción Popular de Singapur en el marco de la iniciativa #BetterTogether, cuyos resultados revelaron que dos de cada cinco personas han sufrido problemas de salud mental.
Los efectos prolongados de la pandemia en el bienestar físico, mental y emocional de estudiantes y docentes se ven agravados ante la inminente llegada del nuevo curso académico. Las familias y la comunidad educativa parecen coincidir en la necesidad de ofrecer una educación holística a los alumnos/as, y buscan un aprendizaje que abarque todos los aspectos del desarrollo del alumnado, incluido su bienestar social y emocional.
En el Bachillerato Internacional (IB), como en muchas otras organizaciones educativas, esta visión también ha supuesto reevaluar la educación para que el bienestar sea una prioridad al tomar cualquier decisión. A la hora de tomar decisiones, se plantean dos preguntas pertinentes:
- ¿Cómo podemos rediseñar mejor el futuro del currículo y los exámenes para favorecer el bienestar de estudiantes y docentes?
- ¿Dónde podemos aplicar la cantidad justa de rigor curricular para involucrar a los alumnos/as en el aprendizaje social y emocional y, al mismo tiempo, fomentar su agencia y su curiosidad?
Estas son solo algunas de las preguntas que están llevando al sector educativo a un nuevo capítulo del bienestar holístico del alumnado.
La crisis del bienestar
El bienestar es un factor fundamental para el aprendizaje de los alumnos/as. Sin él, la mente y el cuerpo se sobrecargan hasta el punto de no poder absorber nueva información.
La crisis de la pandemia ha tenido un efecto devastador en el aprendizaje del alumnado; el miedo ocasionado por la inseguridad, la soledad y el futuro incierto ha afectado por igual a personas de todas las edades. Por otro lado, también nos ha recordado lo importante que es el bienestar de quienes enseñan, ya que constantemente vemos cómo aumenta el agotamiento del personal docente.
Por todo eso, sabemos que ha llegado el momento de intervenir en la crisis del bienestar. La pregunta es: ¿cómo podemos asegurarnos de que el aprendizaje y el bienestar vayan de la mano para crear mejores experiencias en el aula para todos?
1. Priorizar la flexibilidad de la enseñanza y la evaluación
Si algo nos ha enseñado la COVID-19 es que los colegios y docentes son quienes mejor conocen sus clases. Por tanto, los modelos de aprendizaje flexibles son fundamentales para el aprendizaje del alumnado, sobre todo porque otras crisis, como las políticas cambiantes en torno a la COVID-19, han seguido afectando a su aprendizaje y capacidad de concentración. El personal educativo podrá responder a las necesidades de sus estudiantes si se le da agencia para adaptar los materiales de aprendizaje.
El IB señala que la política de bienestar es uno de los mecanismos más eficaces para mejorar los resultados de desempeño del alumnado. En 2021, el IB publicó un libro blanco titulado ¿Qué es el bienestar? con el propósito de ayudar a docentes y equipos directivos a promover una mejor comprensión de lo que es el bienestar y a integrarlo en la estructura de las políticas y prácticas de sus colegios, en el marco de la implementación eficaz de los programas del IB. Más recientemente, el IB ha publicado una serie de recursos en video diseñados para ayudar a los Colegios del Mundo del IB y a otras entidades educativas a promover el bienestar en tiempos de crisis.
2. Adoptar un enfoque integrado
La idea de este enfoque no es restar rigor a los trabajos de clase, sino dar más prioridad al desarrollo integral de cada estudiante y de la comunidad escolar que a los modelos curriculares y los resultados de los exámenes. Poner énfasis en el bienestar no está reñido con el rigor de un programa. Es más, ambos objetivos se pueden cumplir de manera simultánea. A lo largo de su historia, el IB ha tratado de ser una fuerza progresista para el bien de la educación.
Integrar el bienestar en el currículo, las prácticas y la vida escolar parece ser más eficaz que implementarlo como “característica añadida”. El IB recomienda adoptar un enfoque integrado, pues así se garantiza la interacción coherente de todos los componentes de la organización de un colegio, con la participación de toda la comunidad: estudiantes, docentes, familias y grupos de interés de la comunidad.
Por lo que se refiere a las políticas, el enfoque integrado suele abarcar cuatro ámbitos: sistemas y estructuras; relaciones; enseñanza y aprendizaje, y entorno (que incluye la cultura escolar y los principios, así como aspectos físicos del entorno escolar). Es importante para el bienestar de los alumnos/as que sus docentes den ejemplo de conductas de bienestar, les enseñen competencias y les impliquen de forma positiva en el aula, así como el clima escolar.
3. Priorizar el progreso sobre la perfección
Al reflexionar sobre la situación actual del bienestar del alumnado, es importante que el sector educativo dé más prioridad al cambio significativo que a la creación de un sistema de bienestar perfecto. En Singapur, se han empezado a implantar progresivamente “días de gracia” para mejorar la salud mental del estudiantado universitario. Esta medida permite entregar cualquier tarea fuera de plazo sin necesidad de autorización previa.
El IB también está a favor de ofrecer varias alternativas al alumnado a través de la enseñanza, el currículo y la evaluación:
- Estrategia de flexibilidad de los grupos de asignaturas del Programa de los Años Intermedios (PAI): Ofrece al alumnado de cuarto y quinto año del PAI la opción de estudiar menos de ocho grupos de asignaturas, si resulta apropiado. Esta flexibilidad tiene como fin ofrecer a los alumnos/as la oportunidad de explorar sus intereses en profundidad al estudiar más de un curso de un área disciplinaria. Además, permite a los colegios guardar una mayor coherencia con las normas y los requisitos educativos locales.
- Evaluación adaptada en las convocatorias de mayo y noviembre de 2021 y 2022: Debido a las alteraciones en la educación y su efecto en todo el mundo, el IB llevó a cabo adaptaciones que incluyeron ajustes en el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación para contrarrestar los desafíos que presentó la pandemia para todos los alumnos/as matriculados en asignaturas del Programa del Diploma (PD) y del Programa de Orientación Profesional (POP).
Nuevos modelos de aprendizaje
Después de la intervención, debemos reflexionar sobre la recreación de espacios que promuevan el bienestar y la curiosidad, no solo porque favorecen un aprendizaje más profundo en el alumnado, sino también porque contribuyen a crear comunidades escolares más saludables y felices en las que docentes, familias y miembros del personal también puedan prosperar. En este sentido, la educación y el entorno escolar no pueden aislarse de lo que pasa fuera del colegio.
Tenemos el deber de hacer todo lo posible por recrear y construir nuevos entornos de aprendizaje que permitan el desarrollo holístico del alumnado. Para lograrlo, se pueden seguir estos pasos:
- Crear un entorno seguro donde se puedan cometer errores. Dé ejemplo y fomente que sus estudiantes cometan errores cuando haya poco en juego para que experimenten, amplíen su pensamiento, resuelvan dilemas y prueben nuevas vías de solución sin preocuparse por obtener la respuesta “correcta” la primera vez.
Anime a los alumnos/as a aprender de sus errores, empleando la reflexión para hacer más visibles y memorables los procesos de aprendizaje abstractos, y contribuir así a una mentalidad de crecimiento.
- Conectar el aula con el mundo exterior. Dé al alumnado oportunidades de establecer conexiones entre las clases y su vida cotidiana.
Anime a los alumnos/as a plantear preguntas sobre la pertinencia de la sesión de aprendizaje para los acontecimientos del mundo de hoy.
- Animar al alumnado a participar en el proceso de colaboración. Haga hincapié en el hecho de que la diversidad de ideas es importante, y de que hay múltiples formas de llegar al objetivo deseado. Use esta idea para plantear la importancia de los acuerdos y las decisiones grupales.
Dé ejemplo y fomente el uso de acciones como escuchar, compartir, explicar, respetar los turnos, reflexionar, llegar a acuerdos e incluso discrepar.
- Alentar al alumnado a hacerse preguntas, detectar lagunas en su conocimiento y compartir ideas. Dé ejemplo y anime a los alumnos/as a hacer preguntas tanto “hacia dentro” como “hacia fuera” para ayudarles a reflexionar, y a detectar y subsanar las lagunas en su conocimiento.
Dé ejemplo y promueva que el alumnado se haga preguntas sobre lo que se desconoce durante una clase, para fomentar la curiosidad. Incorpore discusiones entre compañeros/as durante las clases para ayudarles a detectar y subsanar las lagunas en su conocimiento, y a compartir ideas.
- Vincular la expresión personal creativa con la curiosidad. Incorpore regularmente oportunidades para que el alumnado dé rienda suelta a su curiosidad a la hora de probar nuevas formas de expresarse.
Fomente en los alumnos/as la confianza en sí mismos, en lo que respecta tanto a sus capacidades creativas como a su producción creativa. Busque oportunidades de señalar en qué sentido la creatividad y la curiosidad del alumnado son valiosas para la clase, el colegio y la comunidad en general. Los colegios pueden implementar todos estos pasos para mejorar el bienestar mental de sus estudiantes y docentes.
Acerca del autor:
Olli-Pekka Heinonen es el director general del Bachillerato Internacional. Antes de incorporarse al IB, fue director general de la Agencia Nacional de Educación de Finlandia.