Asombro en el aula: más que un sentimiento

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Por Emily Wilson Brenner, profesora de Inglés de secundaria, profesora de Teoría del Conocimiento y coordinadora de compromiso urbano en el International School of San Francisco.

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Todas las personas han experimentado asombro, esa sensación de estar en la presencia de algo hermoso y transcendente que desafía la manera en la que percibimos el mundo. Pero ¿qué pasaría si tratáramos el asombro como una poderosa herramienta educativa en lugar de tan solo como una experiencia personal?

El psicólogo Dacher Keltner define el asombro como “la sensación de estar en presencia de algo vasto que trasciende la comprensión actual del mundo”. Sus investigaciones muestran que el asombro no es solo una respuesta emocional, sino que también tiene efectos cognitivos y fisiológicos que pueden favorecer el aprendizaje, el compromiso y el bienestar del alumnado.

Por qué el asombro es importante para el aprendizaje

El asombro reduce el estrés, aumenta la concentración y activa el nervio vago, que favorece la salud física y emocional. Asimismo, silencia la red neuronal por defecto del cerebro (donde reside el pensamiento centrado en uno mismo), lo que ayuda a los alumnos/as a tener una actitud más abierta, atenta y colaborativa.

En términos prácticos, el asombro:

  • Aumenta la motivación y las conexiones con el aprendizaje
  • Mejora el pensamiento crítico y el procesamiento cuidadoso de la información
  • Fomenta la empatía y el comportamiento prosocial
  • Apoya la creatividad, especialmente en la resolución de problemas

El asombro ayuda al alumnado a pasar del conocimiento superficial a una comprensión más profunda. Además, guarda coherencia con el perfil de la comunidad de aprendizaje del IB, ya que los alumnos/as desarrollan mejor los atributos de curiosidad, reflexión, solidaridad y mentalidad abierta cuando se inspiran por algo más grande que sí mismos.

El asombro en el currículo del IB

El marco del IB ya apoya la integración del asombro a través de su énfasis en la indagación, los contextos globales y el aprendizaje interdisciplinario. Como docentes, podemos orientar intencionalmente al alumnado hacia experiencias que trasciendan su perspectiva actual.

Ideas prácticas:

  • Teoría del Conocimiento: Utilizar preguntas fundamentales para explorar cambios de paradigma y la complejidad moral, y recurrir al pensamiento sistémico para explorar la interconexión del conocimiento.
  • Ciencias: Destacar los ciclos de vida, la elegancia de los sistemas naturales o los descubrimientos que cambiaron el mundo.
  • Literatura y Artes: Interactuar con historias, elementos visuales o representaciones poderosas que despiertan emociones y resaltan la belleza moral, como gestos de amabilidad, caridad, abnegación, virtuosismo o coraje.
  • Proyectos grupales: Fomentar el esfuerzo colectivo que promueva el propósito común y la alegría colectiva.
  • Aprendizaje al aire libre y viajes: Las experiencias en la naturaleza o en entornos culturales a menudo combinan múltiples “maravillas” que causan asombro, como la naturaleza, los ciclos de vida, la efervescencia colectiva y el diseño visual.

Incluso la narración de historias y la tecnología multimedia pueden crear una experiencia emocional compartida que genere asombro y profundice la participación en el aula.

El asombro y la adolescencia

El alumnado del PAI y el PD está pasando por la adolescencia, una etapa de predisposición para el asombro. Además, están construyendo sus identidades y buscando conexión y significado. Los momentos de belleza moral (como presenciar acciones audaces, amables o resilientes) pueden ser especialmente poderosos a esta edad.

Como profesionales de la educación, podemos ayudar al alumnado a nombrar estos momentos y reflexionar sobre ellos. Los diarios, las discusiones y los estímulos para la reflexión en Teoría del Conocimiento o Literatura son formas excelentes de ayudar a los alumnos/as a reconocer cuándo les ha conmovido algo mayor, que les trasciende.

El asombro para el personal educativo

Por último, el personal educativo también debe sentir asombro. En los últimos años, un gran número de especialistas de la educación han experimentado agotamiento laboral. La buena noticia es que el asombro es alcanzable. Los momentos breves, como mirar el amanecer, escuchar la opinión de un alumno/a, maravillarse ante una obra de arte o caminar por la naturaleza, pueden restaurar nuestro sentido de propósito.

Cultivar la capacidad de asombro no solo nos beneficia como docentes, sino que sirve para ejemplificar la curiosidad, la presencia y la alegría a nuestro alumnado.

Reflexiones finales

El asombro puede parecer un lujo en un currículo estructurado, pero no lo es. Enriquece el aprendizaje, genera conexiones y devuelve la alegría a nuestras aulas. El énfasis del IB en la indagación, la complejidad y el pensamiento global hace que sea idóneo para incorporar el asombro como parte de la enseñanza diaria.

Dejemos espacio para lo vasto, lo bello y lo inesperado.

Enseñemos con asombro.

Conclusiones clave para el personal docente del IB

  • El asombro estimula el aprendizaje, la creatividad y la empatía.
  • El asombro respalda valores del IB como la curiosidad, la mentalidad abierta y la reflexión.
  • El asombro puede emerger a través de la indagación, la narración de historias, el arte, la naturaleza y la colaboración.
  • El personal docente también necesita sentir asombro, ya que favorece el bienestar y las conexiones auténticas.