Olli-Pekka Heinonen, director general del Bachillerato Internacional
Fuente: Extending maths provision is welcome, but it doesn’t go far enough | The Times
En calidad de exministro de educación de Finlandia, cuyo sistema educativo es reconocido ampliamente como uno de los mejores del mundo, he seguido con interés las recientes iniciativas impulsadas por las altas esferas del sistema político inglés. Asimismo, observo la actual llamada al cambio en las aulas inglesas desde la perspectiva del Bachillerato Internacional, del cual soy director general. Unos 5.000 estudiantes de Inglaterra cursan nuestros programas, tanto en colegios públicos como privados.
Como organización, nos complace ver que el nuevo primer ministro, Rishi Sunak, aboga por que todos los jóvenes ingleses estudien Matemáticas hasta los 18 años. El IB ya está llevando esto a la práctica, pues la asignatura de Matemáticas siempre ha sido obligatoria para cualquier estudiante que desee graduarse en el Programa del Diploma. Se trata de una disciplina fundamental a la que hay que dar toda la importancia que se merece.
Dar más horas de Matemáticas siempre es bueno, ¿pero con eso basta? En estos tiempos en los que tenemos que hacer frente a la cuarta (o incluso quinta) revolución industrial y lidiar con la realidad de la revolución digital, que se encuentra solo en su etapa inicial, nuestros líderes políticos deben cambiar su forma de pensar. Esta situación no es particular del Reino Unido, sino que afecta a muchos otros países y dirigentes de todo el mundo.
La reforma escolar que se está realizando, tanto a partir de los 16 años como en los años anteriores, debe ir mucho más lejos. Tenemos que reconsiderar qué ocurre en las aulas. Finlandia se embarcó en este proceso hace ya unos años, como menciona el excelente informe de la Comisión Educativa del Times que se publicó el año pasado.
La visión de la enseñanza y el aprendizaje como proceso en el que el profesorado imparte a sus estudiantes hechos invariables agrupados en asignaturas tradicionales y aisladas, incluidas las Matemáticas, ya no funciona en los tiempos que corren. En lugar de ello, tenemos que enseñar a los alumnos a pensar por sí mismos, ser independientes, cuestionar lo que aprenden y por qué lo aprenden, y solventar problemas con valor e imaginación. Necesitarán estas habilidades cuando sean adultos e intenten superar los enormes retos a los que se enfrentarán.
Para lograr esto, debemos derribar las barreras que existen entre las distintas asignaturas. No se trata de elegir entre habilidades intelectuales y habilidades prácticas, sino enseñar ambas de un modo pertinente para el mundo que han heredado nuestros estudiantes. Con este fin, resulta esencial fomentar la autonomía tanto del profesorado como del alumnado.
Por supuesto que es útil dar más horas de Matemáticas en los cursos de 18 años, pero eso no basta para lidiar con los retos complejos a los que nos enfrentamos cada día. Este es el problema que queda pendiente para Sunak y para todos nosotros.
Olli-Pekka Heinonen es director general del Bachillerato Internacional y exministro de educación de Finlandia de 1994 a 1999.